Carnes, pescados mariscos alimentados siempre de forma natural como pastos.
Frutas, semillas, huevos, verduras, todos aquellos productos que nuestros antepasados cazaban o recolectaban.
En el lado opuesto, estarían los granos de cereal y legumbres cultivadas por el hombre, productos lácteos, las patatas, el azúcar refinado, la sal, los aceites vegetales refinados y los alimentos procesados.